Los caballitos de mar forman parte de un grupo de peces marinos de la familia Syngnathidae. (También conocido como Signátidos) al igual que, entre otros, el pez pipa o pez aguja (Subfamilia Syngnathinae), dragón de agua. (Phyllopteryx taeniolatus) y dragón de mar foliado (Phycodurus eques). Syngnathidae es una palabra de origen griego que significa "mandíbulas unidas". Su nombre hace referencia al parecido con el rostro de los caballos terrestres. (De hecho, ningun otro género de peces comparte la carecteristica de tener la cabeza en ángulo recto con el resto del cuerpo) pero no se pueden comparar en nada más.
En los últimos dos siglos se propusieron para su clasificación más de 120 especies de caballito de mar, pero realmente muchas eran la misma especie, estableciendose un total de 32 especies en todo el planeta, aunque no sería raro que esta cifra cambie cuando algunas especies sean cuidadosamente revisadas. La dificultad para llevar a cabo su identificación radica en el hecho de que puedan cambiar de color y desarrollar filamentos para camuflarse.
Son peces en peligro de extinción, dado que son animales muy solicitados y numerosas zonas turísticas arrasan con poblaciones para venderlos muertos. En China y regiones limítrofes les otorgan poder afrodisíaco y creen que cura la impotencia.
No tienen muchos depredadores naturales, probablemente por la dificultad de encontrarlos, y porque no deben ser muy sabrosos a causa de su esqueleto formado por anillos oseos. Se han encontrado en estómagos de grandes pelágicos como el atún, casteña roja, dorado, y los cangrejos y aves de mar también se zampan alguno de vez en cuando. Probablemente a causa de tempestades, que los arrojan a tierra o a la deriva.
Características
El cuerpo de los caballitos de mar está constituido por un esqueleto cutáneo formado por anillos anulares óseos, que dan rigidez al tronco.
Tiene una visión muy profunda, ademas, sus ojos se mueven independientemente uno del otro para poder vigilar las hierbas en las que viven.
El tamaño varía enormemente, desde el pequeño Hippocampus minotaur, que no sobrepasa los 18mm al enorme Hippocampus ingens que sobrepasa los 30cm.
Su peso varía también dentro de una misma especie. (las hembras cuando tienen los huevos maduros y los machos cuando están preñados)
Su longevidad también es muy variada, desde 1 a 4 años dependiendo de la especie.
Habitat
Cerca de las costas. Viven entre algas, manglares, corales y fanerógamas marinas.
Con frecuencia pueden encontrarse varios adultos juntos, trenzando sus colas con aparencia de estar danzando, lo cual puede ser fatal si lo hacen ejemplares jóvenes, que a veces no son capaz de desprenderse de sus congéneres y acaban muriendo de inanición.
Alimentación.
Algunas personas piensan que se alimentan de placton, pero es una idea muy equivocada. Se alimentan de pequeños organismos pelágicos y algunas crías de peces que cazan succionando con sus largos hocicos mientras acechan camuflados entre las algas.
Camuflaje
El camuflaje es una parte fundamental de su supervivencia, lo usan tanto para cazar como para protegerse, puede llegar a alcanzar un extraño grado de perfección en algunos miembros. Como en el caso del Phyllopteryx foliatus australiano. Es capaz de cambiar notablemente de color para acomodarse al medio que lo rodea. (Colores que van desde el beige, al castaño y negro, pero posiblemente incluyan naranjas fluorescentes y profundos purpuras) Incluso son capaces de desarrollar filamentos de piel para mimetizarse mejor. Su desarrollo, tamaño, y forma, está determinado por el hábitat, localización geográfica, temperatura del agua y/o edad. Incluso pueden realizar cambios de color a corto plazo, para volverse más agradables durante el cortejo sexual.
Movimiento
Nada de manera diferente a los demás peces, pues adoptan una posición erecta, impulsandose con las aletas pectoral y dorsal, ambas con forma de abanico. (La dorsal, situada a su espalda, los desplaza horizontalmente y la agitan unas 3 veces y media por segundo. La pectoral los impulsa verticalmente) Carecen de aleta caudal y ventral, en lugar de ello poseen una cola prensil que pueden enrollar en espiral y así agarrarse a tallos y plantas. Puede utilizar la cabeza para trepar entre las algas.
Es un nadador muy lento. Algunos expertos calculan que tardarían 2 días y medio en recorrer 1km. Su lento movimiento nos da una idea de la importancia de su camuflaje.
Reproducción
Es la única especie animal donde el que queda fecundado es el macho. La hembra inserta los huevos maduros dentro de la bolsa incubadora de este, en donde son fertilizados
Se reproducen desde la primavera hasta los meses de verano. En esta época, el macho y la hembra se entrelazan con la cola. Después de una danza nupcial, en esta posición, la hembra traspasa de su cloaca, con ayuda de una papila genital de unos 3mm. de largo, sus huevos a la bolsa ventral (incubatriz) de los machos, que está recubierta de suave tejido y dispuesta en compartimentos, para mantener cada huevo separado, como en células esponjosas. Puede encontrarse cierto paralelismo entre el tejido que rodea estos huevos y la placenta de los mamíferos. Un estudio reciente ha puesto de manifiesto que en realidad los espermatozoides se liberan en el exterior y que la fertilización ocurre en el mismo momento en que los huevos van entrando en el saco del macho. Ocurre todo extraordinariamente rápido (apenas 6s). Esta estrategia es una manera más de asegurar que los huevos proceden exclusivamente de una hembra, con lo que se asegura la monogamia genética para ese lote de huevos.
El oxígeno se difunde a través de los capilares del tejido que reviste los huevos. Las hormonas ayudan a crear un fluido placental que baña una pequeña parte del huevo que sobresale de los tejidos de la bolsa. El medio creado por el fluido en la bolsa se altera durante el proceso de procreación, pasando de ser parecido a los fluidos corporales a parecerse al agua del mar circundante, presumiblemente para reducir el estrés de las crías en el momento del alumbramiento. El período de gestación dura entre 10 días y 6 semanas, dependiendo de las especies y de la temperatura del agua del mar. Pasado este plazo, el macho deja salir las crías del interior de su bolsa durante varias horas contrayendo su cuerpo para hacer presión y liberarlas. Las crías son réplicas en miniatura de sus padres, de unos siete a once milímetros de largo. Son totalmente independientes y no vuelven a la bolsa después del nacimiento. La madurez sexual del macho es visible por la existencia de la bolsa incubadora en la cola, por debajo del abdomen. Las hembras parecen madurar al mismo tiempo que los machos, siendo visible su ovopositor cuando está transfiriendo los óvulos al macho. Puede estar influenciada por la luz, la temperatura y las turbulencias del agua del mar de la zona.
La mayoría de las especies de caballitos de mar forman parejas monógamas. La hembra y el macho se ayudan repetidamente y exclusivamente uno al otro en, y entre, las temporadas reproductivas. El vínculo de enlace se refuerza realizando danzas de bienvenida poco después de amanecer cada día. La hembra nada alrededor del macho y ambos cambian de color paseando y haciendo piruetas juntos. Esta danza tarda sobre diez minutos, después de la cual la pareja se separa para el resto del día. La bienvenida continúa durante el embarazo del macho hasta que pare; la siguiente bienvenida es muy elaborada, en un cortejo total que dura casi nueve horas y rematando con la introducción de los óvulos en la bolsa del macho. La pareja enlazada ignora a todos los demás caballitos de mar durante el cortejo.
Aunque todavía no se conoce mucho sobre la formación de parejas y su duración, en caso de pérdida o desaparición de la pareja tardan mucho tiempo en volver a tomar otra pareja, en algunas especies no vuelven a tener otra.
Una vez fertilizados, los óvulos se empotran en la pared de la bolsa siendo envueltos por los tejidos que revisten el interior de ésta. La bolsa se sella cerrándose y el macho desarrolla entonces los embriones. Las hormonas ayudan a crear un fluido placental que baña una pequeña parte del huevo que sobresale de los tejidos de la bolsa. El medio creado por el fluido en la bolsa se altera durante el embarazo, pasando de ser parecido a los fluidos corporales a parecerse al agua del mar circundante, presumiblemente para reducir el estres de las crías en el momento del parto.
En especies estudiadas, los machos vuelven a quedar preñados rápidamente después de parir. El Hippocampus whitei experimenta sobre siete embarazos consecutivos, de una duración de 21 días, cada año en Sydney (Australia). La amplitud y duración de la temporada reproductiva varía con el emplazamiento, y puede estar influenciada por la luz, la temperatura y las turbulencias del agua del mar de la zona.
El recién nacido queda allí hasta que ha consumido toda la yema.
El nacimiendo o eyección de los jóvenes parece ser agotador para el padre. Agarrándose firmemente con la cola sobre un soporte, frota su bolsa contra una concha o roca hasta que salen los jóvenes, con fracciones de sus tejidos internos. No parece cierto que sean los hijos los que producen la rotura de estos tejidos.
Un macho de buen tamaño puede dar a luz a más de 400 jóvenes, que son la perfecta réplica del adulto. Los primeros días entraran y saldrán de la bolsa según haya peligro o no en el exterior.
En otras especies de caballos marinos tiene lugar un apareamiento similar, aunque ambas partes no se sujetan por medio de la cola. Gracias a esta diferencia se evitan cruces entre ambas especies.
Acuario
Son delicados y difíciles de mantener. Algunas personas los introducen en acuarios pensando que se alimentan de plancton, lo cual es un error mortífero ya que mueren de inanición. La artemia viva es una buena alternativa.
No son muy exigentes en cuanto al agua, pero es necesario mantenerla oxigenada y limpia. Sin embargo, se deberían evitar los aparatos de aireación, porque los caballitos, confudiéndolas con alimento, se tragan las bolas de oxígeno que estos producen, y esto les hace flotar en la superficie hasta morir.
Necesitan muchas algas, tallos vegetales o corales que les permitan enroscarse y esconderse para cazar. Es recomendable no juntarlo con otros peces más voraces e inquietos que puedan comerse su alimento, ya que los caballitos de mar son cazadores lentos y tardan tiempo en devorar a su presa.
Si están bien cuidados se reproducirán con relativa facilidad.
